Dato Curioso

8 Empleos que la Tecnología hizo obsoletos

Es fascinante observar cómo con el paso de los años, algunos trabajos que en su momento fueron muy populares han quedado en el olvido, superados por la evolución de la sociedad, la economía y, por supuesto, la tecnología. Hoy en día, resulta sorprendente descubrir profesiones que alguna vez fueron fundamentales pero que ahora han desaparecido por completo, dejando una huella en la historia laboral.

Desde el lechero que entregaba la leche a domicilio hasta el operador de centralita telefónica, muchos de estos trabajos han sido reemplazados por avances tecnológicos y cambios en los hábitos de consumo. Si tienes menos de 20 años, es probable que algunos de estos oficios ni siquiera te suenen familiares, demostrando cómo el mundo laboral ha evolucionado a lo largo del tiempo.

Al final del artículo te dejamos nuestro vídeo de YouTube para que disfrutes de la información completa.

8. Lechero

Viajamos en el tiempo a los vibrantes años 70´s y 80´s, donde los intrépidos trabajadores conocidos como “lecheros” eran verdaderos héroes lácteos sin descanso. Ni días festivos ni puentes detenían su misión de llevar la leche fresca a cada hogar. Desde el amanecer, estos legendarios personajes recorrían las calles, trayendo consigo el preciado néctar blanco directamente de la ubre de las vacas, en una épica odisea láctea.

En sus inicios, estos valientes se enfrentaban al desafío de ordeñar a mano, demostrando su destreza y dedicación en cada paso. Sin embargo, con el avance del tiempo, las máquinas tomaron el relevo, marcando el fin de la era dorada de los lecheros. El auge poblacional y la irrupción de grandes empresas transformaron el panorama, dando paso a la omnipresencia de la leche en envases de cartón y convirtiendo los puntos de venta en la nueva parada para satisfacer el ansia láctea de la gente en cualquier momento del día.

7. Acomodador de Bolos

Adentrémonos en un mundo fascinante donde los maestros de los bolos eran niños y jóvenes llenos de energía, desafiando el caos tras cada lanzamiento con una destreza física y mental inigualable. Estos intrépidos aventureros se dedicaban a escalar de hoyo en hoyo, recuperando las bolas y enviándolas de vuelta al campo de juego en una danza de agilidad y precisión. ¿Sabías que esta labor tiene raíces milenarias que se remontan a las tumbas egipcias, donde los pinos y las bolas eran parte esencial del juego?

Sin embargo, la llegada de las máquinas automáticas en la década de 1950 amenazó la existencia de estos jóvenes guardianes de los bolos, al encargarse de devolver las bolas de forma automática. ¿Qué destino les deparó a estos valientes aventureros? Algunos encontraron nuevos caminos, mientras que otros optaron por quedarse, asegurando que las máquinas funcionaran a la perfección para las futuras generaciones de jugadores.

6. Operador de ascensores 

Un viaje a los fascinantes años 1950, donde las cajas mágicas suspendidas por cuerdas de cáñamo eran mucho más que simples plataformas verticales. Se necesitaba todo un conjunto de habilidades para operarlas, y para ello, existían personas encargadas de esta labor. Estos guardianes del cielo no solo dominaban el arte del manejo de los ascensores, sino que también velaban por la seguridad y comodidad de los pasajeros en cada trayecto. Desde abrir y cerrar puertas hasta pulsar los botones para cada piso, estaban en control total del viaje, guiando con destreza cada ascenso y descenso.

Sin embargo, como en toda gran historia, llegó el año 1960 y con él, los ascensores automáticos que revolucionaron la industria. Estos innovadores dispositivos dejaron atrás a los operadores de ascensores, dando paso a una nueva era de ascensores sin conductor, donde solo se necesita elegir el piso al que deseas ir y listo. Así, la magia y la destreza de los operadores de ascensores fueron reemplazadas por la automatización y la comodidad de los ascensores modernos.

5. Aldabonero

En los vibrantes años 20´s, despertar cada mañana al son de fuertes gritos o al golpeteo rítmico en la ventana era una experiencia única y peculiar. En una época donde los despertadores mecánicos aún no existían, surgieron los valientes despertadores humanos, personas contratadas para asegurarse de que nadie se quedara dormido. Imagina la escena: con voz potente o con una vara larga golpeando las ventanas, estos guardianes del amanecer se encargaban de despertar a la ciudad entera, ganándose su sustento día a día con determinación y energía.

Sin embargo, como en todas las historias, el paso del tiempo trajo consigo la llegada de los relojes despertadores mecánicos en 1847, revolucionando la forma en que despertamos cada mañana y dejando a los despertadores humanos en el olvido. Estos ingeniosos dispositivos mecánicos se convirtieron en los nuevos guardianes del tiempo, asegurando que nadie se quedara dormido de manera eficiente y precisa, marcando el fin de una era de despertares humanos personalizados y enérgicos.

4. Pregonero Público 

En el tumultuoso siglo XVII, las noticias llegaban a las puertas de las casas acompañadas por potentes voces que resonaban en las calles como truenos. Los heraldos callejeros eran los mensajeros por excelencia, llevando consigo las novedades del día y los acontecimientos que marcaron la noche anterior. Con una voz que podía atravesar muros y llegar hasta el último rincón de la ciudad, estos valientes narradores urbanos se aseguraban de que nadie se quedara sin estar al tanto de lo que ocurría en su comunidad.

Sin embargo, como en un giro del destino, con la llegada de los nuevos medios impresos a principios del siglo XX, los heraldos callejeros fueron desterrados a las páginas del olvido. Los periódicos y revistas se convirtieron en los nuevos mensajeros de las noticias, desplazando a los antiguos narradores callejeros a un segundo plano en la difusión de la información. 

3. Operador de Centralita

En los nostálgicos años 60´s y 70´s, cuando la tecnología aún estaba en pañales, los héroes anónimos detrás de cada conexión telefónica eran los operadores de centralita. Su misión era conectar al mundo uno a uno, cable por cable, en una época donde los smartphones y las llamadas internacionales instantáneas eran solo un sueño lejano. Antes de poder hablar con alguien al otro lado del globo, tenías que pasar por estas manos expertas, que manualmente te guiaban a tu destino telefónico con destreza y precisión.

Cada llamada era un pequeño viaje lleno de conexión humana, donde los operadores de centralita desempeñan un papel crucial en asegurar que la comunicación se estableciera de manera efectiva y eficiente. Sin embargo, con la llegada de las centrales digitales a principios de los 80´s, este trabajo se desvaneció en el aire, convirtiendo a los operadores en una reliquia del pasado. Las centrales digitales revolucionaron la forma en que nos comunicamos, haciendo que las conexiones telefónicas fueran más rápidas y eficientes, pero también marcando el fin de una era donde la conexión humana estaba presente en cada llamada.

2. Cortador de hielo

En una época donde la tecnología de conservación era tan primitiva como los dinosaurios, los valientes cortadores de hielo emergieron como los guerreros del frío, desafiando al invierno para cumplir su misión de traer el hielo desde los lagos congelados hasta las cocinas calurosas de la gente. Armados con sus herramientas y una determinación inquebrantable, estos hombres se enfrentaban a los elementos para mantener los alimentos frescos y las bebidas heladas en un mundo sin refrigeradores.

Imagina la escena: los cortadores de hielo, como verdaderos héroes del frío, recorrían lagos congelados y transportaban bloques de hielo para preservar la frescura de los alimentos en una época donde la refrigeración era un desafío diario. Sin embargo, con la llegada de las modernas neveras a partir de 1850, los cortadores de hielo fueron desapareciendo gradualmente, dando paso a una nueva era de conservación de alimentos y bebidas.

1. Encendedor de farola

En los mágicos años 1880, cada pueblo estaba envuelto en la luz cálida de los faros, gracias a los valientes encendedores de farolas, los guardianes de la noche. Estos intrépidos trotamundos se dedicaban a iluminar los caminos oscuros, encendiendo y apagando los faros al amanecer y al atardecer, no solo para dar luz, sino también como cuidadores de estas majestuosas torres, asegurando que estuvieran limpias y en perfecto estado para guiar a los transeúntes por la noche.

Sin embargo, como en un cuento de hadas moderno, las ciudades se llenaron de linternas eléctricas, relegando a los encendedores de farolas al recuerdo. El último faro encendido a mano brilló en Buenos Aires en 1931, cerrando así un capítulo glorioso en la historia de la iluminación urbana. Aunque los encendedores de farolas hayan desaparecido, su valentía y dedicación en mantener encendida la luz en los caminos oscuros merecen ser recordadas con admiración y gratitud.

¡Los tiempos cambian y con ellos la humanidad se adapta a nuevas formas de sobrevivir! ¿Quién hubiera imaginado que existían trabajos tan peculiares como los encendedores de farolas o los cortadores de hielo? La historia laboral está llena de sorpresas y nos recuerda que la evolución es constante.

Pero lo más intrigante es pensar en los trabajos actuales que podrían desaparecer en un futuro cercano. ¿Podrían los conductores de entrega ser reemplazados por drones? ¿O los cajeros automáticos sustituir a los cajeros de supermercado? Las posibilidades son infinitas y la tecnología avanza a pasos agigantados, transformando la forma en que trabajamos y vivimos.

Recuerda que puedes disfrutar de la información completa en nuestro video de YouTube.

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